El otro día con un par de amigos recordamos esta obra maestra. El Negro rescato su procedencia polaca, cuna de gran cine. El Napo recordó el título, en castellano fue bautizada más literalmente como Trabajo Clandestino. Es de Jerzy Skolimovski. Los entendidos, cinéfilos y críticos la conocen, no descubro nada. Probablemente el valor estético de una obra de arte se centre en la posibilidad de ser releída, de ser reinventada por el espectador a través del espacio y el tiempo. Desde esta perspectiva esta película es realmente valiosa, admite innumerables relecturas y reflexiones. A mí me conmueve la sensibilidad de un realizador para poner la lupa en conflictos pequeños, en personajes de complejidades no aparentes, la pericia para construir un relato que progresa, que gana en suspenso y tensión partiendo de circunstancias casi triviales y domésticas. Cine puro.
domingo, 24 de julio de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
Los Patovicas de la ciudad

Sobre la Avenida Corrientes el panorama de anuncios, carteles, marquesinas se veía dominado por un enorme anuncio que tenía la foto de un joven y unos segmentos de fondo amarillo y letras negras, si no me equivoco había también algún logo de varios colores que no entendí muy bien. El texto: "Vos sos Bienvenido". La lentitud del tránsito o el mínimo involucramiento en el proceso eleccionario de la Ciudad de Buenos Aires, que al fin y al cabo me llegó, me llevaron a pensar en esa frase. Aclaro antes que nada que si bien no me da para demonizar a nadie definitivamente mi postura anticipada es opositora al Pro y a Macri en particular. Sin embargo me parece que en estos momentos de pirotecnia verbal, de choques discursivos que no producen ningún intercambio provechoso uno debe intentar aportar algo más o menos genuino y si es posible, que pueda ser oído, revisado, pensado por otros. En general difícil, más en tiempos electorales. Aún así lo intento.
Vuelvo. "Vos sos Bienvenido", frase de campaña del Pro. Pienso. Le hablan a todos? no, me hablan a mí. Infiero que hay a quien no le hablan, no creo ser retorcido si digo que la afirmación supone un opuesto implícito, vos- yo, soy bienvenido, no "Todos son Bienvenidos". La campaña entonces tiene algo de taxonómico, un reload lombrosiano. Las fotos de los afiches (ojo, hay diversidad social, de género, etaria, tampoco es algo primitivo) designan, no soy experto en semiología pero creo que va por ahí, a los bienvenidos. Lo miro a Macri, recuerdo que hablaba de su esposa, a quien conoció en "reuniones de amigos" y pienso si me están dando la bienvenida a ese grupo, por ahí sí, seguramente hay muchos a los que no. Me intriga saber quienes no son bienvenidos, opuesto implícito en la lógica de la afirmación.
Pero la cosa no termina ahí. Me pregunto acerca del acto de dar la bienvenida. Se le da a quien llega, a quien no está aquí, al que no es parte y quiere pasar. Me asalta, potente la sensación de la barrera, de la custodia del paso a un lugar apropiado y ajeno a mí. Se me viene una metáfora pedestre y tantas veces vivida: un boliche, patovicas en la puerta, yo queriendo entrar y ellos no dejándome, no dándome la bienvenida. El Pro como el gran patovica de la ciudad. Porqué constituir ese rol? porqué un discurso político tiene que articularse sobre la estrategia de definir quién es y quién no es bienvenido? Será que la campaña recupera un creciente anhelo de ciertos sectores sociales de establecer principios de exclusión que discriminen entre los que sí son y los que no son... bienvenidos? Me miro al espejo, analizo mi aspecto a través de mis fotos en el facebook, no me encuentro en ninguna de las personas de los afiches, seré bienvenido? Estaré en la lista? En cual?
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