martes, 8 de octubre de 2013

Versiones de mi



Es probable que el conocimieto de uno mismo sea inevitable pero es a la vez una empresa irreversiblemente condenada al fracaso: no creo que sea posible realizar la operación de desdoblamiento que supone sostener la intención de conocer siendo a la vez el objeto del conocimiento. Pero como no creo que se pueda eludir la encomiable tarea de intentarlo no dejo de encarar diferentes estrategias que demandan largos lapsos de tiempo en el esfuerzo. Es en esta lógica que encontré una nueva forma de denominar, de decodificar ciertas conductas o más bien estados. Tratando de entender ciertos pesares, malestares, angustias que provienen de decisiones que en su momento se tomaron con convicción y certeza y que sin embargo cuesta sobrellevar, sostener. De esa situación lo primero que me sorprende es la distancia, diferencia entre dos tiempos: el de la decisión (tiempo A), y el del sostenimiento de la decisión (tiempo B). Veo una diferencia bastante grande entre ambos. A es puntual, acotado, filoso. B es espeso, dilatado, impreciso. Pero A y B son instancias de un mismo sujeto. Arriesgo una hipótesis para englobar lo que en principio me habla de una discontinuidad más que problemática. La misma estaría enmarcada en la lógica de ciertas figuras internas, especie de roles o encarnaciones temporales.  Pienso que en A actuó una posibilidad de mí al que llamaremos el francotirador o el asesino a sueldo, una especie de sicario que con frialdad se presenta en la situación y actúa sin hesitaciones, quirúrgicamente. Una vez que la tarea estuvo realizada esa variante, como un buen profesional, se esfuma sin dejar rastros. Sobreviene B y emerge entonces una versión reflexiva, introspectiva, que no afronta las circunstancias con precisión y contundencia y tiene que soportar el transcurso, que no puede sino aceptar y tramitar, esperar, digerir y acomodarse.
Lo dicho: escribo terapeuticamente, por la vía de estos artificios trato de entenderme y de paso me preparo para la próxima vez que aparezca el vicario, le voy a exigir que se quede un tiempo con nosotros.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

11 de septiembre


Tengo varios recuerdos que se unen a esta fecha y pocas veces en un mismo día se apiñan en la memoria imágenes tan intensas.
Estoy con Pili, que tiene todavía tres años, en casa de su madre, cuidándola y preparando un corto y de repente la televisión muestra el espectáculo de una torre gemela humeante, un avión que se estrella y las torres que se vienen abajo. Recuerdo el impacto y la ajenidad de Pili que yo me cuidé de no interferir.
Mucho tiempo antes, en la misma fecha mi padre estaba en cama, parece que tenía algo en los pulmones. No se si ese mismo día la tele (que aparato, que manera de transformar la percepción del mundo y del tiempo personal y colectivo) mostró las imágenes del bombardeo a la Casa de la Moneda, en Santiago de Chile. Tengo grabado el impacto de la bomba cayendo sobre la entrada. Recupero ahora la emoción mezcla de espanto y miedo que me producía y a la vez no poder dejar de verla. 
Tengo una colección de imágenes vividas de esos tiempos. Mis padres me llevaron el 25 de mayo del 73 a la ciudad de la victoria y la esperanza popular, estuve el 1 de mayo del 74 en la plaza de la ira del General y me recuerdo corriendo con mis viejos por alguna calle aledaña. En esa colección dramática e intensa aquél día se sumaron las imágenes y el relato de una experiencia heroica y trágica de la que me impactó desde ese mismo instante el relato que hablaba de un tipo, que era el presidente y había defendido su lugar y su investidura con la vida enfrentándose a tiros con los milicos que lo venían a sacar. Seguramente ser testigo de esos acontecimientos, las huellas que dejaron en mi memoria, forjaron mis intereses, mis preocupaciones y definiciones. Desde ese día mi viejo no volvió a fumar. Yo tenía 9 años.

martes, 27 de agosto de 2013

Revelación subterránea.


Yo soy un tipo al que le pasa algo como esto y necesito volcarlo acá: Me pongo los auriculares y escucho música. Camino por la calle. Subo al subte y pongo la canción. Se apodera de mí una energía casi incontrolable, muevo las piernas lo más disimuladamente que puedo pero quisiera poder bailar por todo el coche, que la música suene para todos y que cada uno haga lo que quiera. Siento por un momento que debería poner pausa como para prevenirme de un papelón inminente pero el placer que me produce la música entrando por mis oídos sin mediaciones es tan grande que no puedo privarme de ella. Se trata de una emoción muy fuerte, muy genuina, vital.
A mí me pasa, creo que se trata de una intriga que se nos aparece con mayor o menor frecuencia a todos, que cada tanto me pregunto quien soy. Creo que este tipo de experiencias me define.

jueves, 21 de febrero de 2013

Otro proyecto


Apunto: la expresión "me cayó la ficha" da cuenta de cierto proceso que ha tenido lugar en referencia a una emoción, a un sentimiento, es distinta a una deducción, a un razonamiento. Alude a algún tipo de sensación que se ha vuelto visible.
Pienso en otro proyecto: investigación exhaustiva sobre la fisiología de las emociones. 
Las ciencias duras, específicamente las neurociencias, establecen una especie de territorialización cerebral que determina las zonas del cerebro que se activan en cada situación. Así, por ejemplo, se sabe que las amígdalas y el hipocampo son los centros en los que principalmente se producen las emociones.
Pienso que mi proyecto no se contrapone con estas investigaciones. Mi objeto de estudio sería no el aparato emocional sino las emociones mismas.
Cómo es la estructura y la dinámica de un sentimiento.
Más específicamente cómo es la vida de un sentimiento. Cuál sería la diferencia entre una emoción y un sentimiento.
Parte del proyecto consistiría en completar un catálogo. Se me ocurren: afecto, cariño, amor, pasión, odio, indiferencia, resentimiento, decepción, entusiasmo, intriga, curiosidad, aversión, rechazo. Cada una de estas tipologías tiene su caracterización específica y probablemente su propia dinámica. Hay más, seguro.
Vertiente "cultural" de investigación, es decir, poder determinar hasta qué punto una emoción está determinada por el contexto. Pienso que la sensación del patriotismo definitivamente no existió hasta que no existieron las naciones y que los síndromes de abstinencia de las redes sociales tampoco antes de que estas existieran.
El principal enigma de toda la investigación: la dinámica del enamoramiento.

viernes, 15 de febrero de 2013

Devoción Bolaño


Terminé de leer Los detectives salvajes. Voy a seguir leyendo otros libros de Bolaño. No pensé que a esta altura de mi vida me iba a bancar encarar libros de más de trescientas páginas. Los detectives... tiene seiscientas, el próximo que encaro, 2666, tiene más de mil.
No se si hay que agregar algo más. Sumergirse en la lectura de una obra literaria de semejante dimensión en esta época multimedial debe tener algún sentido. Insume bastante tiempo.
Leer a Bolaño resultó para mí una de las experiencias, digamos estéticas por llamarla de algún modo, más importantes de los últimos tiempos. Ya sé que no descubro nada, pero esto lo escribo para mí, para darle forma a una sensación muy profunda que tiene que ver con lo que te puede producir el leer en sí mismo, por un lado y que me produjo en particular leer a Bolaño. Cómo podría explicarlo? Hay algo de efecto 3D (puede que la analogía lleve para un lado tecno que nada que ver), como de internarse con una facilidad adictiva en un mundo, en un universo extremadamente ameno y conmovedor.
Ya lo dije, sumergirse. Agarro el libro y sin mediación me fui de este mundo para internarme en el suyo. Sin demoras, naturalmente, sensibilizado casi al instante. No tengo muy claro cuantas veces me pasó esto con un libro.
Estoy en medio de la fascinación y el encanto. Siento la devoción, esa sensación que me producen algunos directores de cine, algunos músicos, es un algo más, digamosló, los querés, se arma un vínculo afectivo. Bolaño entró a ese territorio interno en mi vida. 
Febrero 2013.

lunes, 7 de enero de 2013

Notas para un proyecto. II.

Sigo pensando en mi proyecto. Una historia de los modos de construcción de los vínculos. Pienso en películas. Se me vino el recuerdo de Con ánimo de amar (Deseando amar le pusieron en el video). Una relación posibilitada por el espacio, la condición social, el acceso a cuartuchos contiguos en una casa de huéspedes. Una relación construida con frustraciones, con desengaños, con silencios, con miradas, con esperas, con alguna cena, alguna que otra caminata. Todo lo que esa pareja secretamente anhela y no concreta atraviesa sus cuerpos, sus cavilaciones, cada interacción los pone ante un abismo íntimo y secreto. Esa historia transcurre en un mundo en el que los soportes, los medios con los que se construyen los vínculos, podríamos decir, son analógicos: espacio, sentidos, sonidos, colores, aromas, distancias, murmullos, sombras, penumbras.
Conozco un terapeuta que asegura que en la actualidad más de un 70 por ciento de los problemas que traen sus pacientes se han originado en Facebook. Otra plataforma para la construcción de los vínculos.
Una adolescente me cuenta que esa red social es para los viejos como yo, a la edad de ella los conflictos, la evolución de las relaciones se da por Twitter y es más o menos así: alguien tuitea un comentario, lo ven algún interesado y comenta o retuitea y comienza una circulación de informaciones que van desarrollando conflictos, intereses, encuentros y desencuentros. Es cierto, algo de esto ya estaba con el chat, pero me parece que se diversificó, se complejizó.
Cuál es el lugar que tienen los sentidos, los contactos físicos, los cuerpos, las percepciones, el tiempo común en la construcción de los vínculos?
Sumo esta pregunta al programa de investigación.