miércoles, 11 de septiembre de 2013

11 de septiembre


Tengo varios recuerdos que se unen a esta fecha y pocas veces en un mismo día se apiñan en la memoria imágenes tan intensas.
Estoy con Pili, que tiene todavía tres años, en casa de su madre, cuidándola y preparando un corto y de repente la televisión muestra el espectáculo de una torre gemela humeante, un avión que se estrella y las torres que se vienen abajo. Recuerdo el impacto y la ajenidad de Pili que yo me cuidé de no interferir.
Mucho tiempo antes, en la misma fecha mi padre estaba en cama, parece que tenía algo en los pulmones. No se si ese mismo día la tele (que aparato, que manera de transformar la percepción del mundo y del tiempo personal y colectivo) mostró las imágenes del bombardeo a la Casa de la Moneda, en Santiago de Chile. Tengo grabado el impacto de la bomba cayendo sobre la entrada. Recupero ahora la emoción mezcla de espanto y miedo que me producía y a la vez no poder dejar de verla. 
Tengo una colección de imágenes vividas de esos tiempos. Mis padres me llevaron el 25 de mayo del 73 a la ciudad de la victoria y la esperanza popular, estuve el 1 de mayo del 74 en la plaza de la ira del General y me recuerdo corriendo con mis viejos por alguna calle aledaña. En esa colección dramática e intensa aquél día se sumaron las imágenes y el relato de una experiencia heroica y trágica de la que me impactó desde ese mismo instante el relato que hablaba de un tipo, que era el presidente y había defendido su lugar y su investidura con la vida enfrentándose a tiros con los milicos que lo venían a sacar. Seguramente ser testigo de esos acontecimientos, las huellas que dejaron en mi memoria, forjaron mis intereses, mis preocupaciones y definiciones. Desde ese día mi viejo no volvió a fumar. Yo tenía 9 años.