La naturaleza de lo conspirativo (desde ya un tema recontrainteresante), merecería una reflexión exhaustiva, su opacidad, su subterránea dinámica, la problemática incontrastabilidad de su existencia, la peligrosa tendencia a convertirla en una especie de Deux-ex-machina que explica absolutamente todo fenómeno ya sea político, comercial, social y hasta deportivo. Me limito aquí a establecer que en la medida en que el poder se conquista, se afirma y se disputa bajo la lógica conspirativa, la participación popular se vuelve irrelevante, innecesaria o simplemente decorativa.
Pero en los días que corren me interesa pensar la cuestión en relación a su vigencia, a las condiciones de posibilidad de las prácticas conspirativas en la actualidad. Tengo el recuerdo de que Rousseau gano un premio en 1750 creo, con un ensayo que respondía a la pregunta de si el hombre se había vuelto "mejor" digamos, con el desarrollo de las ciencias y las artes (al margen, interesante pensar que ganó argumentando que no).
Imagino una convocatoria similar pero interrogando sobre la conspiración. El poder, los sectores dominantes tienen hoy mayor o menor capacidad de consolidar el poder por vías conspirativas que antes o no? Para decirlo más sintéticamente: las conspiraciones hoy son más frecuentes y decisivas que antes? El poder se ha vuelto más conspirativo? El desarrollo de las tecnologías de la comunicación le permiten a los ciudadanos conocer más y en función de ello tener más libertad para elegir y tomar decisiones o por el contrario los poderosos hoy disponen de mayores herramientas para hurdir tramas invisibles, mecanismos de control ultrasofisticados que convierten a las sociedades en rehenes de una desinformación planificada y administrada puntillosamente para consolidar y reproducir la dominación?