domingo, 3 de julio de 2016
Mi abuela
Una emoción capturada con palabras en exacto momento que ocurre.
Estoy haciendo eso.
Me invade sin mayores justificativos una sensación de optimismo, positividad emocional.
A que se debe? El domingo ofrece un cielo plomizo, lluvioso, solitario.
Podría acentuar ciertas faltas, ciertas molestias, particularmente una muela hace ya demasiado tiempo me aqueja.
Y no. Me gana sin sobresaltos pero con claridad una mínima alegría, un bienestar de causa incierta.
Hace un tiempo vengo observando el fenómeno en mí.
Busco explicación. Supongo que habrá alguna más o menos consistente.
Siempre me pareció conveniente mantener una actitud positiva.
Tener una sonrisa a mano. Quedar cerca del humor, de la capacidad de reírse de uno mismo.
Principios con tufo autoayuda.
Pero en este registro percibo algo genético, originario. No provisto por enseñanzas, revelaciones o gurúes. Es visceral, atávico.
Y creo que se de que se trata.
Estoy casi seguro que lo que arma ese ánimo jovial, sonriente es el espíritu de mi abuela, ese que llevo en mi sangre. Ancestral, proteico, elemental.
Porto con orgullo su genética de la sonrisa y la gracia. Injustificada y persistente, que no discrimina climas ni ocasiones.
Es eso lo que me pasa. Está en mi sangre. Mi abuela.
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