jueves, 11 de agosto de 2016

Paja y viga


Hablar en primera persona del plural. Hasta dónde llega?
Si pienso en como somos. De quiénes hablo?
LLamativa. La práctica de la indignación selectiva. Quiénes? Nosotros o ellos?
Nadie señala nada objetable de si mismo y de los propios.
Y yo quién soy para objetar algo de nosotros mismos?
Mejor el atajo de la indignación ante el disparate ajeno, total sobran y son aberrantes.
Y en realidad ya fue dicho, o representado, refranado.
Paja ajena, viga propia.
La repetición. Una y otra vez.
La rueda, las cosas que vuelven al mismo lugar, o a uno parecido pero ya visto, con algo de cocido, más todavía, pasado.
Y si esta vuelta le metemos una parada nueva? Esa en la que nos aqueja mucho lo propio? Lo de este lado? Podemos ver que hicimos mal? O no?
Mejor que no, lo de ellos es mucho peor. Es evidente. No caben dudas y no nos pongamos ahora en derrotistas que la severidad la merecen ellos más que nosotros.
De este lado la indulgencia. Para ellos la condena, la impiedad. Se la merecen por tuertos, avaros, mezquinos, hipócritas, vulgares.
Nosotros siempre hicimos las cosas con las mejores intenciones y eso es lo que basta. Y mucho (si querés todo) de lo malo nuestro también es culpa de ellos.
Esto va para un lado ya ocurrido y vuelto a ocurrir. Pero no es culpa nuestra.
Que se yo.