El caso es que un hecho de mi propio pasado, siempre recordado con elocuencia y orgullo ante auditorios diversos de tanto alejarse de mi presente empezaba a borronearse, a volverse incierto, o bordear la frontera con lo onírico. Viví yo eso que cuento con tanto detalle?
Al fin lo encontré en el arcón digital. Por primera vez pude observarme ocupando escenario junto a Kiss. Septiembre del 94. Por un momento fuimos 5 en escena. Ellos y yo con aspecto muy diferente al actual, y la cámara.
Siempre habrá sido así? La memoria se vuelve algo tan fragmentado, tan discontinuo que al recordar ciertos hechos se tiene la impresión de haberlos vivido en otra vida. No se si hace uno o dos siglos fue así. En estos tiempos pareciera que la memoria tiene cada vez más problemas para mantener cierta unidad de relato.
Relación memoria y sujeto en el mundo contemporáneo. Si la memoria no anuda, no logra al menos el efecto de continuidad, hay sujeto?
Memorias digitales. Espacios de almacenamiento de la experiencia. Youtube como arcón colectivo, cibernético, monstruoso. Especie de mega pendrive en el que todos los días se acumula todo tipo de materiales, virtuosos, sublimes, de valor arqueológico casi, junto a la más interminable variedad de pelotudeces.
No descubro nada, lo sé. Varios vienen hablando de esto. De la transferencia, desplazamiento de memorias humanas a digitales. De las alteraciones imprevisibles de nuestra sensibilidad, de las formas en las que se forjan nuestras identidades. Que pasará el día que ya no recordemos nada porque las redes, google y sus ramificaciones lo harán por nosotros?
El martes hubo pueblo, ocurrió pueblo, aconteció pueblo. En la plaza estuvimos y fuimos pueblo.
Hablar de pueblo, cuestión plagada de sentidos varios. Ellos por ejemplo lo negaban (hay video del hijo de un filósofo virtuoso devenido en gurú del espanto que terminó el martes en el que enfatizaba su negativa, y la de ese proyecto político, a hablar de pueblo, "nosotros hablamos de individuos", está en Youtube).
Hay quienes imputan la versión del pueblo como esencia, como sujeto que tiene una vida, una historia, un origen y una secuencia de experiencias, lo califican de creencia, ilusión, hasta quizás espejismo. Quienes lo asocian a la barbarie (las patas en la fuente el gran ícono) recuerdan por ejemplo que ese pueblo ovacionó a Galtieri tanto como meses antes pidió Paz Pan y Trabajo. Se señala su inconsistencia, su manipulabilidad (?), su endeblez conceptual (evito usar ideológica).
Izquierda y derecha y su relación con sujeto pueblo. Otro tema.
No se le puede hacer un reportaje al pueblo. Cada vez que se intenta, se recurre a metonimias vertiginosas. Tal o cual es pueblo. Ubaldini es pueblo se decía, Maradona es pueblo. ¿Quién es pueblo hoy? ¿Lescano de Damas Gratis? ¿Tevez el millonario amigo y socio de los oligarcas? ¿Los trabajadores organizados? ¿Los movimientos sociales?
¿Pueblo es un amontonamiento de personas en un lugar determinado cantando el himno? ¿Cuántas deberían ser para alcanzar la condición pueblo? ¿La muchedumbre que se juntó a despedir al Presidente saliente o las que colmaron las plazas en su campaña electoral son pueblo?
Creo que no. ¿Porqué? En principio porque los ideólogos de esa propuesta no quieren serlo, tal como se señaló antes. Pero también porque el pueblo no existe como fenómeno numérico, no es que si juntas más de diez, veinte o treinta mil sos pueblo. Multitud no es pueblo. Pueblo es otra cosa.
Hay quienes piensan al pueblo como algo que acontece, ocurre, está siendo. Y su historia es la suma de esos fenómenos en los que ese sujeto confirma su existencia. Me convence más esa versión.
Me parece que el pueblo invoca, afirma, cada vez que se expresa, una historia de la que se nutre y a la que le agrega nuevos capítulos en cada acontecimiento. Entonces pueblo es memoria, pero no una enciclopédica, académica, erudita o museológica. Es memoria constituida por conquistas, masacres, derrotas, victorias. Alojada en cuerpos, en gestos, en cantos, en consignas, en recorridos, en ceremonias, en rituales, en estandartes, en olores, en texturas.
Desde esta perspectiva el pueblo no tiene un destino cierto ni una estrategia ni siquiera un plan. Es más bien una serie de acontecimientos que se acumulan y retroalimentan.
Pero ojo pueblo también es una decisión, y quizás eso hoy sea una cuestión clave. En esta era de redes sociales y de narcisismo de las pequeñas diferencias pueblo es también decisión de formar parte, de sumarse a la experiencia de ser pueblo, de acontecer, habitar en él.
¿La multitud del martes fue pueblo? Yo creo que sí.
Razones: heterogeneidad absoluta, contenidos, estética, también vínculos e instituciones participantes. Si el martes tenías la voluntad de formar parte, no importaba en qué llegabas, Audi o bondi, lancha o subte, no importaba como ibas, minifalda y barba o panza y tetra, te sumabas y marchabas con el resto por las calles y con cualquiera festejabas y celebrabas. Y ahí nomás ya eras pueblo.